Junio es el mes de la Diversidad Sexual, por ello hemos dedicado este artículo a conocer el panorama económico y comercial de las personas LGBT+, el llamado pink market, y –de paso– brindarte ideas para que puedas incursionar en tan importante segmento de negocios.
De proporciones estatales
De acuerdo con LGBT Capital, compañía especializada en asesorar a empresas que quieran incursionar en el mercado LGBT+, si esta comunidad fuera un país sería considerado la 4ª economía de planeta, pues su Producto Interno Bruto sería cercano a los 4 billones de dólares por año. Dicho indicador cobra mayor relevancia si se toma en cuenta que solo entre el 5% y el 10% de la población mundial se considera abiertamente gay, bisexual, lesbiana o transexual, un porción pequeña en comparación con su enorme influencia social, política y económica. Otro dato sobresaliente, y que ilustra muy bien el poderío de consumo de las personas LGBT+, es el monto al que asciende su riqueza patrimonial, estimado en torno a los 18 billones de dólares.
En la actualidad, las industrias que más participan del mercado LGBT+ son las del turismo, el arte, la moda, las bebidas alcohólicas y la cultura, las cuales no solo han sido pioneras en cuanto a dirigir sus esfuerzos hacia este target sino que también han logrado crearles nuevos productos y necesidades: venderles un estilo de vida. Otro factor a tomar en cuenta es que estos rubros son los más beneficiadas de la cada vez mayor aceptación de la diversidad sexual en el mundo occidental.
El escenario mexicano
En entrevista para el periódico El Universal, César Casas, presidente de la Federación Mexicana de Empresarios LGBT, considera que el pink market aporta cerca de 80 mil millones de dólares al PIB de nuestro país. Al igual que en el resto del mundo, las personas LGBT+ de México poseen una mayor capacidad de consumo pues viven en esquemas familiares sin hijos -conocidos como dinks, término derivado de “Double Income, No Kids”-, que suelen tener un mayor nivel de estudios y por tanto cuentan con ingresos fijos que les permiten acceder a artículos de lujo, algo más complicado para otros segmentos de la población.
Especial mención merece la relación “mayores derechos=mayores ganancias” citada Casas en la entrevista: de acuerdo con diferentes estudios a nivel global, por cada ley o acción política llevada a cabo en defensa de la diversidad sexual, el PIB per cápita tiende a aumentar 400 dólares. Así, tanto César Casas como otros miembros de la fundación que él preside concluyen que el gobierno y las empresas mexicanas deben trabajar de la mano para conquistar nuevos derechos en pro de la diversidad, pues además de beneficios sociales también producen dividendos.
Oportunidades a explotar
Así, con cifras y datos tan elocuentes cabría pensar que el mercado LGBT+ se encuentra ya afianzado y queda poco por explorar en él, sin embargo, los expertos afirman que la realidad es completamente distinta. En opinión de los emprendedores consultados por LGBT Foundation (organismo encaminado a procurar la equidad social para personas de distinta orientación sexual), el primer gran error que todo empresario que quiera incursionar en el pink market es creer que la comunidad LGBT es homogénea.
Para ellos, el primer público al que hay que atender son los queer millenials, algo que no solo resulta lógico por su gran tamaño poblacional y su creciente poder de compra, sino también porque poseen necesidades, valores y aspiraciones diferentes a los de otros segmentos de mayor edad.
Otra área de oportunidad que las compañías deben atender es la de la publicidad. De acuerdo con los expertos, una de las mayores demandas de los consumidores LGBT+ es la de engancharse emocionalmente en el producto, o en otras palabras, ver historias cercanas a ellos plasmadas en los discursos de venta.
Si se analiza la forma en que los gays o lesbianas han sido representados en la publicidad notaremos que predominan los individuos blancos, delgados y jóvenes, modelo con el que no se identifica la gran mayoría de la población LGBT+.
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De modo que el llamado para los emprendedores es capitalizar esa falta de “diversidad dentro de la diversidad” conociendo mejor a sus potenciales consumidores y evitando lanzar productos que etiqueten o impongan barreras, después de todo, lo que el colectivo LGBT+ busca en las marcas es que su preferencia sexual no sea un obstáculo para su participación dentro de la sociedad, sino un factor más para su inclusión.
Las oportunidades del pink market son tan amplias como las industrias existentes, es así como la organización de bodas, turismo especializado, retail y muchas otras más, representan una oportunidad que puede seguir creciendo en nuestro país, en el que cada vez son más los estados que se suman a iniciativas como el matrimonio igualitario -aprobado en 14 estados hasta el momento-.
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